Un popular pez en forma de sartén al que los lugareños llamaban kawara, así como el pez elefante, el cíclido pez joya o la arowana, son algunas de las especies que abundaban en el Nilo, pero que han desaparecido por completo de sus aguas desde hace años. Mientras, otras muchas más especies como el reconocido pez luna o el Leptocypris niloticus, conocido cotidianamente con el pececillo del Nilo, se cuentan en la lista d peces en peligro de extinción.
Al Nilo se arrojan anualmente millones de toneladas de químicos, ya sean desechos agrícolas, productos tóxicos y/o aguas servidas sin tratar. La unión de todos estos desechos hacen un cóctel explosivo que hace inviable la vida acuática en el Nilo.
El Nilo ha sido sometido durante años a grandes niveles de toxicidad provocadas por el hombre, pero a pesar de ello, la naturaleza sigue siendo generosa con la humanidad.
Y es que, en las aguas del Nilo, varias son las especies que se han adaptado a los agentes contaminantes, y que no solo han logrado sobrevivir, sino que además han prosperado y hoy hacen posible la comercialización de peces.
Entre las especies que se pescan se encuentran el bagre, la conocida perca del Nilo y el pez tigre. Este último incluso ha adquirido un tamaño asombroso que lo hace muy atractivo para los pescadores.
Una situación si bien positiva por un lado, se convierte en una cuestión negativa, ya que los pescadores al ver una disponibilidad de ejemplares de peces considerable se olvidan de los problemas que acechan al río Nilo; la desaparición de la mayoría de las especies y un agua que se hace cada vez es más radioactiva.