Incluso, en ese país se ha vuelto común ver cómo los gigantes elefantes se trasladan a las comunidades aledañas en busca de comida y agua.
Una dura realidad que pone en riesgo la integridad física de los animales que se ven desplazados forzosamente, y de las personas.
¿Por qué se dice esto?, porque a medida que los animales se alejan de sus hábitats, destruyen cultivos y pueden acabar con la vida de algunas personas.
Por ejemplo, en Zimbabue, el año pasado unas 20 personas perdieron sus vidas al ser atacadas por animales que iban en busca de un sustento que los mantuviera con vida.
Si retrocedemos un poco en el tiempo, los datos son un poco más dramáticos.
En África habrían muerto en los últimos cinco años, unas 200 personas producto de un conflicto entre humanos y animales. Además, 7.000 hectáreas de cultivo habrían sido destruidas por los elefantes.
Los animales sufren la sequía de manera desgarradora. Ante la indolencia de una población que mira como su entorno muere, urgen acciones que frenen una realidad que está ahí, muy latente.