La proliferación de medusas pone en peligro la supervivencia de otras especies marinas, porque las medusas se alimentan de larvas que sirven de alimento a los peces. Al estos animales quedar sin sustento, su destino es la extinción.
Pero hay que tener en cuenta que las medusas no solo representan un peligro bajo las aguas, también ponen en riesgo el bienestar de la humanidad.
Muchos pensarán que el único daño que causan estos animales acuáticos en nuestras vidas es cuando nos pican, sentimos un poco de electricidad y ya, no pasa de un mal momento. Pero la cosa no es así.
La multiplicación de medusas afecta numerosas actividades humanas más allá del turismo, como lo son la pesca o la piscicultura. También causan obstrucciones en fábricas de desalinización o en los sistemas de enfriamiento de las instalaciones nucleares.
Y es que no solo las plantas desalinizadoras se ven colapsadas por culpa de estos animales, sino que las medusas también son productores naturales de carbón, potenciando la acidificación del mar.
Las personas que se lucran de actividades en el mar deben estar muy atentas, y es que los pólipos son fanáticos de las construcciones humanas, entre las que se contabilizan las boyas o las plataformas petrolíferas.
Unos residuos de pocos centímetros de plástico pueden servir de balsa a estas criaturas marinas para colonizar nuevos espacios.