Antes de aplicar cualquiera de las técnicas de potabilización se requiere que el agua esté lo más clara posible, es decir, se le debe remover todo sólido flotante, suspendido o sedimentable. Para esto se realizan dos procesos conocidos como: filtración de material grueso y decantación. Esto corresponde a la etapa de pretratamiento del agua.
El pretratamiento permite acondicionar el agua para que el proceso de potabilización sea lo más óptimo posible. Se usan materiales comunes, previamente higienizados, que suelen estar disponibles en casa, tales como: un medio poroso filtrante (papel de filtro, servilletas gruesas, tela, fibra de vidrio, etc), un soporte (embudo) y un contenedor (jarra).