De ahí que las empresas comiencen a ver el hidrógeno como una gran oportunidad. Michelin y Faurecia trabajan en el desarrollo de sistemas de pila de combustible de hidrógeno para mejorar el ámbito de la movilidad turística; Siemens, suma esfuerzos en la primera instalación de electrolisis de hidrógeno con energía solar en Oriente Medio y África del Norte; y Enagás, Acciona y Cemex, en la creación de la planta de hidrógeno más grande del continente europeo.
Y en lo que respecta al transporte y la movilidad:
En el 2003 Estados Unidos realizó importantes inversiones para fabricar vehículos que funcionaran con hidrógeno; en el 2011, en México, se probaron con éxito celdas de hidrógeno para usarlas en aeropuertos, hospitales y plazas públicas.
En Alemania ya funciona el primer tren del mundo impulsado por pilas de hidrógeno. Japón ya cuenta con la Home Energy Station, un sistema doméstico y autónomo creado por el fabricante de automóviles Honda para obtener hidrógeno a partir de energía solar.
Y cada vez son más los que se unen.
Bélgica, España, Francia, China, Holanda, Noruega, Reino Unido y Rusia se han sumado a la lista de países que han decidido establecer programas de investigación y desarrollo para incorporar el uso del hidrógeno en los procesos de generación de energía.
Y las firmas automotrices Ford, General Motors, Hyundai, Nissan, Renault y Toyota también se han dado a la tarea de emplear el hidrógeno en la fabricación de motores.