La demanda de combustibles fósiles para la fabricación y uso de vehículos debe cambiar. Urge un cambio, pues, se están agudizando los problemas medioambientales que con ella se originan. No solo está contribuyendo a una reducción considerable de las reservas de hidrocarburos sino que, además, está propiciando niveles alarmantes de emisiones de dióxido de carbono y demás gases contaminantes. Tan solo en la Unión Europea, el sector transporte es responsable de al menos el 30% de las emisiones de CO2.
De allí que, cada vez surjan más propuestas para tratar de cambiar esa realidad. Producir vehículos eléctricos es una de ellas.
Algunas empresas del ramo automotriz apuestan por la producción de vehículos eléctricos. Quizás no tanto por el impacto al medioambiente, pero sí por lograr que los vehículos tengan un mayor rendimiento. Sea como sea, el caso es que el negocio de los vehículos eléctricos se ha expandido.
La mayoría de los fabricantes de vehículos llevan más de una década apostando por la elaboración de coches eléctricos. Algunos productores han lanzado modelos que trabajan con baterías que pueden ser recargadas con cualquier fuente eléctrica; otros, han creado automóviles híbridos, los cuales combinan motores eléctricos con motores de gasolina; mientras que, las grandes marcas han logrado desarrollar vehículos 100% eléctricos, como es el caso de Nissan que hoy en día es líder mundial al tener más de 400.000 unidades de este tipo vendidas.