La Revolución Industrial fue la solución para muchos problemas, pero dio pie a la generación de otros, especialmente los medioambientales. Por un lado, nos hizo la vida más práctica y cómoda (al menos eso nos han hecho creer), y por otro, con la producción en serie de una infinidad de productos nos sumergió en una cultura de la que nos está siendo difícil desligarnos, la del “usar y tirar”. Esto, sin lugar a dudas, nos convirtió en una sociedad consumista y nada interesada por la repercusión de nuestros actos en nuestro entorno. Quizás en ese momento no era tan preocupante la cantidad de desechos generados, pero ahora es un tema alarmante.