El debilitamiento de la capa de ozono por sí mismo no es el causante de lesiones en la piel, pero la exposición al sol y el no tomar las medidas preventivas necesarias, sí que lo son. Así que, sobreexponerse a la luz ultravioleta del sol de forma intermitente e intensa y sin usar protección solar aumenta los riesgos de ser víctimas de las radiaciones ultravioletas solares.
Por eso te recordamos que un sencillo cambio de hábitos ayuda a prevenir el cáncer de piel: protégete del sol y acorta los tiempos de exposición.
Esta rutina es especialmente importante. Hay que asumirla desde la infancia. Usa gafas, sombreros y no olvides nunca el protector solar. Los dermatólogos recomiendan usar los de factor de protección 30 durante todo el año, y cuando llegue el verano, usar los de 50. Si se va a la playa, aplicarlo con mayor frecuencia.
No pases tanto tiempo bajo el sol. No te expongas a él entre las 11am y las 3pm.
Las quemaduras de sol o insolaciones repetidas que se tienen desde la infancia se van registrando de tal manera en la piel que hacen que esta se degenere con el paso del tiempo y puedan derivar más tarde, al cabo de 30 o 40 años después, en lesiones cancerosas.
Y por supuesto, cuida la capa de ozono.