Las paradojas de la vida, si bien África es una de las zonas que menos gases contaminantes emite, representando apenas el 3,7 por ciento del total mundial, es una región muy expuesta a los desastres naturales, y es que la pobreza, alta dependencia agrícola, el debilitamiento de sus instituciones, así como el alto crecimiento poblacional, hacen un verdadero cóctel explosivo que expone a este continente a las amenazas constantes del cambio climático.
El daño al planeta está pasando factura, en las últimas semanas África Oriental ha sido tomada por enjambres voraces de langostas del desierto que acechan los territorios de Etiopía, Kenia y Somalia, este último país ha sido el primero en movilizarse contra la plaga que de acuerdo a la ONU amenaza con devastar toda la subregión africana, ya golpeada por la sequía y las inundaciones. El ataque desmedido de langostas se debe según expertos a las variaciones climáticas extremas.
De acuerdo a lo dicho por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mejor conocida como FAO, a finales de enero las langostas del desierto se habían extendido por toda Etiopía, pasando por Somalia y Kenia, incluso una aglomeración de millones de langostas cubría la superficie de unos 2400 kilómetros cuadrados, si llevamos esa cifra a un territorio específico, el equivalente es la ciudad de Luxemburgo.
Etiopía y Somalia no habían visto enjambres de langosta del desierto de esta escala en 25 años, mientras que Kenia no ha enfrentado una amenaza de langosta de esta magnitud en 70 años.
Pero la afectación no se limita a estos tres países, un funcionario de la FAO señaló que otros países se encuentran en riesgo, entre los que se encuentran Eritrea, nación que de momento solo se encuentra infestada, así como Sudán del Sur y Uganda.
Las variaciones del clima en la región oriental de África han creado las condiciones que favorecen a la reproducción rápida de los insectos devoradores de cultivos y desde la FAO han alertado que, si esto no se controla, el número de langostas podría crecer hasta 500 veces para junio próximo. Además este organismo se encuentra proporcionando pronósticos, alertas tempranas y avisos sobre el momento, la escala y la ubicación de las invasiones de langostas.
Estos enjambres de langostas amenazan la seguridad alimentaria de toda la región, por lo que la FAO ha activado un mecanismo de vía rápida con el que se busca ayudar a los gobiernos a organizar campañas colectivas a fin de poner freno a esta crisis.
Los esfuerzos para controlar las plagas voraces ya están en marcha en la región, pero las donaciones financieras de la comunidad internacional para la respuesta de emergencia son vitales. Los enjambres que potencialmente contienen cientos de millones de langostas del desierto pueden moverse 150 kilómetros al día, devastando los medios de vida rurales en su incesante impulso por comer y reproducirse. De momento son unos 63 millones de euros que se necesitan para el control urgente de estas plagas, así como para ayudar a aquellos que han visto destruidos sus medios de vida.