Cinco años después de la emisión del Informe Brundtland se realizó en Río de Janeiro, Brasil, la Cumbre de la Tierra de Río, donde líderes mundiales discutieron los medios que se requerían para poner en práctica el desarrollo sostenible, fue así como en 1992 los políticos se comprometieron en adoptar una serie de planes de acción a fin de lograr el desarrollo sostenible a nivel mundial, el plan fue denominado “Programa 21”. La Agenda 21 incluía un capítulo especial dedicado a la educación, formación y sensibilización, puesto que una sociedad educada es crucial para lograr la sostenibilidad.
No fue hasta el año 2002 cuando nació la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada el Johannesburgo y en la que se aprobó el “Plan de Aplicación”, basado en los avances realizados y las lecciones aprendidas desde la Cumbre de la Tierra de Río, que incluyó además el establecimiento de medidas concretas y metas a lograr en plazos específicos, tareas que debían tener un completo equilibrio en los aspectos sociales y ambientales, con la vista puesta en un mayor desarrollo económico.
Para alcanzar el desarrollo sostenible, la Asamblea General de la ONU adoptó en 2015 la Agenda 2020 para el Desarrollo Sostenible, donde los Estados miembros se comprometen a trabajar a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Se basa en 17 objetivos y 169 metas claras que abarcan tres pilares del desarrollo sustentable: