Aumentar la ambición climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, eso fue lo que se acordó. Se pidió a los países elevar sus metas de disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero y que sean presentadas el año próximo en la COP26, cumbre que se realizará en Glasgow.
Se esperaba mucho más que eso de esta COP25, pero es lo quedó asentado en el documento final titulado “Chile-Madrid, Tiempo de actuar”, luego de haberse desechado el primer borrador por considerarse insuficiente. Con la reformulación, el documento recalca la urgencia “de mantener el aumento de la temperatura media global a muy por debajo de 2°C” pero no se esclarece cómo accionarán los países en este sentido.
En esta ocasión, solo 84 de los 200 países participantes, se comprometieron a fijar planes más drásticos para disminuir sus emisiones. Como era de esperarse, los gigantes, los más contaminantes no se mostraron interesados por disminuir sus niveles de contaminación. Estados Unidos, China, Rusia e India figuran en esta lista.
Ante la falta de consenso en cuanto a los compromisos nacionales, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres dijo estar “decepcionado” y aseguró que “La comunidad internacional perdió una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en la mitigación, adaptación y financiamiento para afrontar la crisis climática”.