Estos servicios ecosistémicos siempre han estado a libre disposición. No están sujetos a condiciones de mercado ni tienen un precio fijado, pero según la ONU, se estima que tienen un valor económico de 125 billones de dólares por año, mientras que el valor de los servicios ecosistémicos perdidos entre 1995 y 2011 se ha estimado entre 4 y 20 billones de dólares. No obstante, su valor es incalculable si entendemos que son servicios esenciales para la supervivencia.
Aunque el vínculo existente entre biodiversidad, ecosistemas y bienestar humano sea poco evidente a primera vista, la verdad es que la humanidad necesita de los bienes y servicios que la naturaleza provee, de las plantas, los animales, del entorno natural. La vida depende de ellos. Sin embargo, ha sido la misma humanidad la que se ha encargado de destruir los ecosistemas, desestabilizar sus funciones y multiplicar de forma abismal la extinción de especies con el fin de obtener beneficios económicos del capital natural de la Tierra, olvidándose de lo que verdaderamente es esencial.