Su nombre lo indica: restaurar la ecología, recomponerla, repararla. Busca recuperar las condiciones ambientales de los espacios degradados, devolverles el valor natural, la capacidad de resiliencia y la productividad que tenían antes de ser perturbados.
Según la Sociedad de Restauración Ecológica (SER, por sus siglas en inglés), “es el proceso de asistencia a la recuperación de los espacios que han sido dañados, degradados o destruidos”.
Es ayudar a la naturaleza a regenerarse, a rehabilitar espacios con cultivos abandonados, terrenos deforestados, suelos contaminados, vertederos y con grandes infraestructuras; a aumentar su biodiversidad y recuperar o potenciar la oferta de los servicios ecosistémicos que ofrece.
Pero, en este proceso no hay fórmulas mágicas, ni recetas maestras ni ecuaciones perfectas. La forma, los métodos y las herramientas para llevar a cabo la restauración de un ambiente dependerán de varios factores, en especial de la condición que tenía antes del deterioro (que puede resultar un poco difícil de evaluar en algunos casos), el estado en el que se encuentra y el tipo de daño causado. De modo que es un trabajo que se ejecuta en varias fases.