El estudio, llevado a cabo por
la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), mejor conocida como ETH, y lleva por título
El potencial de restauración de árboles a nivel mundial, se llegó a la conclusión de que
existe espacio para sembrar 900 millones de hectáreas, fuera de las zonas agrícolas y urbanas ya existentes, y que esa cantidad de nuevos bosques sería capaz de absorber más de
200 gigatoneladas de CO2. Esta cantidad representa un 25 por ciento de los niveles actuales de CO
2.
Los resultados tienen un
cariz bastante optimista, a pesar de que los autores reconocen que no pueden saber a ciencia cierta cuánto de esos terrenos es de propiedad pública o privada. Aseguran que de llevar a cabo este plan de reforestación, sería posible cumplir con las metas del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (IPCC), referidas a la lucha contra el cambio climático, y daría a la humanidad una
especie de aliviadero mientras se consiguen los avances tecnológicos que permitan dejar atrás el uso de combustibles fósiles.
Sin embargo, no son pocas las voces que, desde distintos ámbitos,
han elevado algunas advertencias y matices al respecto. Incluso, con pesar, aseguran que la tendencia actual va en dirección contraria a la reforestación. Un
estudio revela que en el Amazonas brasileño
cada minuto se pierde una cantidad de bosque equivalente a un estadio de fútbol. Señalan a la industria alimentaria, respaldada por leyes especiales, como la principal responsable de esta importante pérdida de bosques.