El emperador es el más grande y pesado de los pingüinos, no puede volar y habita en los hielos antárticos y en las gélidas aguas que los rodean. Si bien a lo largo de su historia evolutiva ha tenido que lidiar con períodos de calentamiento y enfriamiento, en los últimos años ha debido adaptarse a las fuertes hostilidades del clima. Las altas temperaturas actuales están debilitando los pisos de hielo marino donde se reproduce y mantiene a sus crías, de una forma sin precedente.
Estos pisos, al romperse demasiado pronto, dejan de ser un lugar estable. La fusión del hielo marino antártico dificulta la reproducción de la especie y que los polluelos tengan el plumaje lo suficientemente desarrollado como para nadar y vivir por sí mismos.
Muestra de ello fue lo que se vivió en el 2016 en Halley Bay, la segunda colonia más grande de pingüinos emperador. El lugar fue el escenario de una pérdida dramática de ejemplares de esta especie. Miles de polluelos murieron cuando el hielo adherido a la plataforma Brunt se destruyó gracias a la acción de fuertes vientos y desde entonces, la falta de hielo ha hecho difícil la procreación.