En la Laponia sueca habita el pueblo Sami, una comunidad que hoy día hace todo lo posible por mantener vigente sus costumbres ancestrales, y es que el cambio climático está poniendo en jaque las tradiciones culturales.
En Suecia, la comunidad autóctona Sami, es la única que tiene permisos para criar renos en ese país. Lo hacen a la antigua, pero esa tradición milenaria de llevar los animales a pastar se hace cada vez más difícil de llevar a cabo, ya nadie se arriesga a apostar si va a llover o nevar, el clima se ha vuelto muy incierto.
El norte de Suecia donde se encuentran los criadores de renos, ha venido siendo afectado por el cambio climático que ha modificado los patrones climáticos de esa región, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de los ciervos.
Los samis, también conocidos como lapones, son una comunidad autóctona milenaria que está asentada en el Ártico desde hace aproximadamente tres milenios, conviven en Finlandia, Noruega, Suecia y Rusia. En total se estima que existen unos 100.000 miembros de esta comunidad.
En la región donde habitan unos 250.000 renos, la cría de estos animales es una práctica que lleva haciéndose por cientos de años y constituye una parte importante de la cultura Sami.
Son muchos los que se dedican a la cría de renos en esa zona, y si bien años atrás la principal amenaza contra la vida de estos emblemáticos animales eran otras especies como los linces, mapaches, incluso las águilas, el transcurrir del tiempo está colocando el foco de la amenaza en otra problemática.
Quizás muchos no lo saben, pero las personas que se dedican a la cría de los renos en la Laponia sueca, estudian el tiempo y en base a ello planifican los movimientos de los renos, para que estos se alimenten.
Antes era una práctica fácil de hacer puesto que las nevadas se daban de manera regular, ahora en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, la cuestión cambia.