Ubicado en todo el centro de Europa, este río tiene una longitud de 2.850 kilómetros, cifra que lo posiciona como el más largo de la Unión Europea, y el segundo más largo de Europa, solo superado por el río Volga de Rusia.
En décadas pasadas, este río estaba muy contaminado, producto de las inescrupulosas fábricas que vertían en sus aguas residuos industriales, pero a eso se le puso fin tras el accionar de múltiples naciones que sumaron esfuerzos a fin de recuperar el estado cristalino de sus aguas.
Este río pasa por 10 países -Alemania, Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Hungría, Moldavia, Rumania, Serbia y Ucrania-, pero pese a ello, sus aguas se mantienen relativamente limpias, a excepción de pequeñas zonas donde el río ya se encuentra contaminado. Los microplásticos representan una verdadera amenaza, que ponen en duda la viabilidad de la vida marina en sus aguas.