Gracias a la luz del sol, los animales pueden obtener el calor, las vitaminas y los nutrientes necesarios para desarrollarse y reproducirse. Ella ayuda a la reactivación de la vitamina D, la tonificación muscular y la regulación de los niveles de calcio y fósforo en la sangre.
En los invertebrados, peces, anfibios y reptiles (animales ectotérmicos), el Sol permite, además, la regulación de su temperatura corporal.
Todo esto, a la larga, ayuda a que se cumpla el balance natural del proceso alimenticio, en el que participan e interactúan tres tipos de animales: