Para nadie es un secreto que vivimos en un mundo desigual, la falta de equidad no solo se limita al tema de género, al color de piel, al de las culturas, a las figuras o a las profesiones. La inequidad galopa y muy fuerte en todos los sectores, incluso en el acceso a la energía está presente.
Pero la cuestión no termina ahí, la inequidad también se siente profundamente en cómo afectan los estragos del calentamiento global a los diversos sectores de la sociedad.
Y sí, convivimos juntos en un mismo planeta, pero eso no significa que padezcamos de la misma forma las afectaciones que se le han venido provocando a nuestro planeta, desde la aparición de la humanidad.
Tampoco, que las afectaciones se padezcan de manera justa, sino todo lo contrario.
Una investigación llegó a la conclusión que el 10% más rico consume 20 veces más energía que el 10% más pobre, pero es ese 10% más pobre que más padece los estragos de la devastación que genera ese 10% más rico.
El estudio realizado por la Universidad de Leeds consistió en el análisis de las huellas energéticas, así como en el cálculo de bienes y servicios de alto consumo que más demanda tienen a escala mundial.
El análisis se hizo en 86 países de todos los continentes del mundo, abarcando naciones desde las más industrializadas, hasta las más subdesarrolladas.
El resultado: extrema disparidad no solo a nivel mundial sino también dentro de los propios países.
Y es que es una fija, mientras las personas ganan más dinero, más tienden a gastar en productos o servicios donde más se despilfarra la energía, contribuyendo así al deterioro del planeta.