Los glaciares son masas de nieve, hielo y trozos de rocas que se acumulan en grandes cantidades formando figuras montañosas. Los glaciares pueden desarrollarse cuesta abajo o a lo ancho, gracias a su propio peso y desembocar en sistemas hídricos. Estos cuerpos de hielo pueden derretirse, evaporarse e incluso provocar la formación de icebergs.
Los glaciares que se encuentran repartidos a lo largo y ancho de todos los continentes, se forman gracias a las nevadas excesivas que se van comprimiendo dando como resultado, estas impresionantes estructuras heladas, de inclusive más de 300 metros de grosor. Estructuras de hielo no estáticas, puesto que en la temporada invernal van acumulando hielo, pero en verano se derriten un poco.
Su monitoreo constante ayuda a los expertos a obtener datos certeros sobre las variaciones en la temperatura del planeta y, por ende, poner en práctica acciones que contribuyan con el sano desenvolvimiento de nuestro ecosistema.
Los expertos señalan que desde la década de los 60 hasta el año 2016, los glaciares perdieron 10 billones de toneladas de hielo, además un estudio publicado por The Cryosphere, revela que los Alpes para el año 2100 perderían el 90 por ciento de sus glaciares.