ALGADISK es un proyecto capaz de generar productos y biomasa a partir de algas y al mismo tiempo reducir las emisiones de dióxido de carbono. Se basa en, tecnología de biopelículas en un reactor de disco rotatorio que permite cultivar algas en diversas superficies biocompatibles y capturar el CO2 en las fases gaseosas y líquidas. Su principal obstáculo ha sido la falta de reactores eficientes y universales, seguido de la demanda de unidades de producción de algas rentables.
Por su parte, en el País Vasco, específicamente en Gipuzkoa, la empresa Ceit-IK4 también trabaja en el empleo de las microalgas; no solo para capturar CO2, sino también, para depurar aguas residuales con el fin de reutilizarlas.
Ciertamente, estos proyectos no son los únicos en marcha, ni mucho menos los pioneros, pero sí están dentro del grupo de los que en el camino deben sortear las limitaciones de una productividad inadecuada de microalgas, excesivos costes, elevada demanda de agua en la fase de producción, y la exigencia de ciertos conocimientos académicos de quienes participen en el proceso.
Son muchas las dificultades, pero, también es mucho lo que queda por investigar y por proponer a favor del equilibrio ambiental que tanto necesitamos.