La renta petrolera en Colombia representa en promedio 12% de los ingresos totales del país neogranadino, cuando hablamos del Presupuesto General de la Nación, la cifra es mucho mayor, ya que asciende al 29%.
Ante la amenaza que supone que, en menos de una década, las arcas públicas quedarán sin esos dividendos, la apuesta por la producción de esquisto se intenta acelerar.
El fracking es una cuestión que se debate en Colombia desde hace más de 10 años, pero esos debates se han agudizado en este último mes con la salida del Decreto 328, que da vía libre al desarrollo de proyectos pilotos.
Desde el gobierno aseguran que estos proyectos permitirán medir el impacto social y ambiental de esta práctica y definir si es viable o no.
Por su parte, el movimiento antifracking, se opone a esta práctica, pues la consideran dañina tanto para el planeta como para la sociedad.
El Decreto 328 representa el paso número uno, de varios que debe poner en marcha el gobierno colombiano para que el fracking se dé en Colombia de forma comercial.