Presta atención a tus hábitos y corrige lo que sea necesario. Adopta criterios de consumo respetuosos con el medioambiente. Vete al trabajo en bicicleta o caminando, con esto no solo relajarás tu cuerpo, sino que también ayudarás a reducir las emisiones de gases contaminantes. Tampoco compres botellas de plástico. Puedes encontrar más datos sobre cómo ayudar al medio ambiente haciendo click aquí.
Habla del tema con tus amigos, tu familia y tus colegas. Esto te ayudará a no sentirte solo y hacerle frente a la impotencia o estrés. La psicóloga y fundadora de “Psicología para un clima seguro”, Carol Ride, asegura que “ser escuchado y escuchar preocupaciones similares de otros ayuda a legitimar nuestros sentimientos y puede movilizar energía para involucrarse con el problema y la acción”.
Recuerda que controlar el cambio climático no solo depende de ti. Exige a los líderes empresariales y políticos acciones a favor del ambiente, como labores de reciclaje o el uso de energías renovables, por ejemplo.
Únete a organizaciones o voluntariados que promueven campañas de concienciación. Tener una participación activa ayuda a recuperar la seguridad y la paz.
Science Alert añade que es necesario evitar la búsqueda compulsiva de noticias sobre esta temática y manejar de forma responsable la información disponible.
Por su parte, la Sociedad Psicológica Australiana sugiere dedicar tiempo a la práctica de ejercicios, meditación y técnicas de relajación. Y si lo haces en contacto con la naturaleza, mucho mejor. Actualmente hay muchos grupos de personas realizando actividades físicas y recreativas en los parques, forma parte de alguno de ellos y reconéctate con tu yo interior y con la naturaleza.
Tus pequeñas acciones pueden llegar a generar un gran cambio, ayudar a que más personas vivan en lugares menos contaminados y tengan una dieta más saludable.