La ganadería tradicional es uno de los sectores que más han sido criticados por los veganos y defensores de los animales, y es que en una granja comercial los animales son expuestos a múltiples maltratos desde que nacen hasta que llegan al matadero.
Incluso en Uruguay, un movimiento de veganos está tratando de crear conciencia sobre la industria cárnica, para ello los activistas se trasladan a los principales mataderos para acompañar al ganado en sus últimos minutos de vida, los acarician y les dicen palabras bonitas, pues saben que esa es la única oportunidad que tienen esos animales de recibir un gesto de amor.
¿Acaso es esto una idea descabellada?, NO, si se tiene en cuenta la forma en la que son criados los animales que tienen por fin último ser servidos en los platos de los seres “humanos”.
Volvemos a poner el acento en la ganadería tradicional, porque allí los animales son criados en condiciones inhóspitas, viviendo en espacios reducidos, donde los animales son sometidos a un proceso de alimentación extremo y son inyectados con sustancias que aceleren su crecimiento.
Recordemos que la ganadería ha sido históricamente concebida como una actividad mercantilista, donde el fin primario es producir carne lo más rápido posible para ponerla en el mercado y generar ganancias.
Pero entonces ¿la carne orgánica es gratis? No, solo que se diferencia y mucho de la carne regular en la forma en que es concebida.