Un consumo ético o consumo responsable, como también es conocido, sería aquel que las personas ejercen cuando, por encima de su propio beneficio personal, deciden valorar las características de un producto, tomando en cuenta que sean las más justas, solidarias o ecológicas. La incorporación de esta nueva manera de consumo en sus vidas no tiene que disminuir su bienestar, sino por el contrario, mejorarlo e impulsarlo. La persona que opta por un consumo responsable se conoce como consumidor ético.