Estos dos escenarios se conjugan en un país donde el acceso al agua es diferente, y para muchos, difícil. En Petorca, tanto agricultores como lugareños se ven obligados a comprar agua para satisfacer sus propias necesidades.
En el caso de los agricultores, la sed de ganancias va mucho más allá y optan por construir tuberías o pozos ilegales para desviar el agua proveniente de fuentes naturales, que valga decir, se están agotando ferozmente. Los ríos Petorca y La Ligua son grandes víctimas de este cultivo que entre 2016 y 2017, según Modatima, “utilizó 9.650 millones de litros de agua”. El primero, se declaró agotado en 1997 y en el 2004, se agotó el segundo.
Mientras que los lugareños, deben arreglárselas para hacer todo lo que puedan con la poca cantidad de agua que les suministra el Estado: lavar, cocinar, limpiar, etc. Llevan a cuestas el peso de las consecuencias ambientales, culturales y sociales, quizás irreversibles, propiciadas por un modelo agroexportador que arrasa con todo a su paso. Muchos se sienten desatendidos e ignorados, denuncian que la arrogancia del poder económico, de los monoproductores, aplica su lógica abusiva para apropiarse no solo de las tierras, sino también del agua y por supuesto, de las riquezas.
Te citamos 3 casos, pero Colombia, Perú e Israel también padecen los fuertes contrastes entre lo económico y lo ambiental que genera la producción de aguacates.
Resulta difícil creer que tan rico y nutritivo alimento pueda estar detrás de una tragedia ambiental que implica la deforestación, la erosión de los suelos, la diminución de los recursos hídricos, e incluso, la violencia y la muerte ¿No?
Debemos entender que sí, es importante producir alimentos, es importante generar ingresos a las naciones, pero también lo es, cuidar nuestros ecosistemas. Tenemos que empezar a pensar en el origen de los alimentos que consumimos, en sus procesos de producción, si son sostenibles y responsables con el medio ambiente. Eso puede ayudar a salvar muchos de nuestros espacios, nuestros recursos naturales y hasta la vida de cientos de personas.