Las infecciones suelen ser más comunes en otoño o invierno, y es que los patógenos del coronavirus tienen mayor incidencia en condiciones frías o secas.
Visto así, una cosa sí es cierta, durante el invierno, en los meses más fríos, crecen las posibilidades de contraer este tipo de virus, no solo porque el sistema inmune se torna un poco débil, sino porque las personas suelen pasar la mayor parte del tiempo en lugares cerrados, rodeados de personas que podrían estar contagiadas y expandir aún más la enfermedad.
Este tipo de virus es poco viable que permanezca vivo durante mucho tiempo en el ambiente, pese a ello, desde la OMS recomiendan a la población a limpiar los objetos o superficies, puesto que en estas pudo caer gotículas producto de la tos o exhalación de una persona infectada, a lo que se suma la necesidad de lavarse bien las manos, de manera constante.
Pero eso sí, el virus puede trasladarse con suma facilidad a través de vectores de transmisión, en el caso actual, esos vectores serían las personas infectadas por el coronavirus, y eso sí que es una realidad.
Por ello la importancia de la cuarentena, recordemos que la enfermedad se transmite entre seres humanos y tiene un período de incubación de dos semanas antes de que sus síntomas se hagan evidentes.