Este pequeño y aislado país insular sufre de muy cerca los embates del cambio climático. El flujo de las corrientes oceánicas ha hecho que el agua suba 1,2 centímetros cada año. En la actualidad, Kiribati está a tan solo dos o tres metros sobre el nivel del mar.
Esto ha dibujado un escenario bastante complejo para sus 110.000 habitantes. Hay muchas dificultades para proporcionarles agua, servicios y alimentos, y el temor a que esto se agrave con el paso del tiempo ha hecho que muchas personas tomen la decisión de migrar a nuevos senderos.
Los pronósticos alertan que las islas de este archipiélago podrían desaparecer en unos 10 o 15 años, tiempo en el que Kiribati debe, al menos, intentar hacer todo cuanto pueda para evitar los riesgos y proteger a su población.