Aparte del dramático aumento en la incidencia de cáncer de tiroides entre las personas expuestas a una edad temprana, y algunos indicios de un aumento en la incidencia de leucemia y cataratas entre los trabajadores, no hay un aumento claramente demostrado en la incidencia de cánceres sólidos debido a la radiación en las poblaciones expuestas. Tampoco hay pruebas de otros trastornos no malignos relacionados con la radiación ionizante.
Sin embargo, hubo reacciones psicológicas generalizadas ante el accidente que se debieron al temor a la radiación, no a las dosis reales de radiación. Efectos psicosociales producidos por la falta de información, la evacuación de los afectados y el miedo de los efectos biológicos de la radiación a largo plazo; traducido en un importante número de alteraciones para la salud, como ansiedad, depresiones y varios efectos psicosomáticos.