Visitar algunos sitios sin duda es un privilegio, para los sentidos y para alimentar el espíritu. Sin embargo, se debe adquirir una actitud de humildad frente a quienes nos reciben. Pagar por un servicio y ser cliente de algún establecimiento no nos otorga una patente de corso para “tener siempre la razón”. La cordialidad debe ser la actitud durante un viaje.
Recuerde: un turista responsable es, sobre todo, un turista informado, consciente y comprometido con la actividad que está realizando y con el destino que visita. El respeto por la diversidad cultural, por el entorno natural y los recursos, así como la consideración hacia quienes brindan acogida, deben regir la práctica turística.