Hasta la actualidad, la situación de los pueblos originarios, frente a las enfermedades, es de extrema indefensión. Desnutrición, anemia, diabetes tipo 2, son lastres que comprometen aún más la situación de los indígenas. A todas esas afecciones se les debe sumar la ausencia casi total de servicios de salud básicos.
La Organización de las Naciones Unidas ha mencionado especialmente a la pobreza y a la tuberculosis como una dupla nefasta que ataca de manera brutal a los pueblos indígenas de buena parte del planeta. Destaca el organismo multilateral la baja expectativa de vida de los indígenas con respecto al resto de la población, precisamente por la conjunción de una serie de variables que los colocan en la primera línea de fuego.
Pese a que muchos gobiernos, a través de sus entes sanitarios, han trazado planes para luchar contra la tuberculosis y otras enfermedades, los beneficios no suelen llegar hasta los indígenas por la pobreza, la precariedad de las viviendas, la falta de acceso a servicios médico-sanitarios, diferencias lingüísticas y culturales y su localización geográfica.
Algunos especialistas han mencionado la alta prevalencia de enfermedades como la hepatitis B, la tuberculosis, la malaria o el dengue, dentro de los grupos de población indígena. Esta situación hace que se tengan muchas aprensiones sobre cómo será el comportamiento del Covid-19 dentro de estas comunidades.
En el caso de los indígenas aislados, los que viven desconectados del devenir de la sociedad no indígena, su situación es de especial vulnerabilidad ante las enfermedades contagiosas. Con la aparición del coronavirus su situación de fragilidad sanitaria es mucho mayor.
El hecho de vivir en zonas remotas y aisladas puede que los beneficie en algunos aspectos, pero en el caso de virus muy contagiosos llevan todas las de perder. Sus sistemas inmunológicos no poseen las defensas para enfrentar a virus que son comunes entre quienes viven en grandes centros de población.
El avance del Covid-19 por América Latina ha obligado a los gobiernos de cada país a tomar medidas para frenar los contagios y las muertes por esta pandemia. Sin embargo, dentro del conjunto de medidas adoptadas, que incluyen aislamiento, barreras físicas, limitaciones de desplazamientos, entre otras, no se mencionan las medidas para que las poblaciones indígenas aisladas, presentes en casi toda Latinoamérica, no caigan víctimas de este virus.