Los antibióticos representaron, desde su descubrimiento y desarrollo en los años 30 del siglo XX, uno de los hitos más importantes para el desarrollo de la medicina. Gracias a ellos, se pudo empezar a combatir de manera efectiva algunas enfermedades de origen bacteriológico, como la neumonía, la tuberculosis, la meningitis, la fiebre tifoidea, la sífilis, entre otras dolencias que significaron la muerte para buena parte de la población del planeta. Hoy son objeto de gran preocupación entre la comunidad científica.