¿Qué nos señala el concepto One Health? Una sola salud en armonía con el planeta
La esencia del concepto de One Health, o Una Sola Salud, es que la salud de los seres humanos, la de los animales y la del planeta están interconectadas. Aunque el vocablo se conoce desde hace dos décadas, la idea es mucho más antigua. Desde hace al menos un siglo se sabe que el bienestar de los humanos se relaciona con la de los animales, y estos con el hábitat donde se interrelacionan.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), One Health es una orientación. Se trata de una idea que debería dirigir el diseño y la aplicación de programas, políticas, leyes e investigación, para lograr mejores resultados en salud pública.
De manera más específica, es el trabajo conjunto que llevan a cabo profesionales de distintas disciplinas vinculadas a la salud, como médicos, médicos veterinarios e investigadores.
El enfoque de Una Sola Salud es de especial importancia en los siguientes campos de trabajo:
- Seguridad alimentaria.
- Control de enfermedades zoonóticas, como la gripe, la rabia, la gripe aviar o el virus de Nipah.
- Estudio de la resistencia a los antibióticos.
En los últimos años, el concepto de One Health ha adquirido mayor relevancia por el profundo impacto del ser humano en los ecosistemas. La forma en que el desarrollo económico del planeta está incidiendo en la naturaleza, y como eso se refleja en la salud de las personas, obliga a pensar y a gestionar los problemas de manera distinta.
Es imposible pensar que podemos tener una salud óptima si, en nombre del desarrollo y el bienestar humano, seguimos destruyendo los ecosistemas y sus recursos. Somos uno: El ser humano, los animales y el planeta.
¿Por qué es importante el concepto One Health?
Decir que somos uno con los animales y el planeta no es solo un lema. Por ejemplo, muchos de los microbios que hay en el medio ambiente contagian a humanos y a animales por igual, como la rabia. La única manera de prevenir esta enfermedad, de manera eficaz, en los humanos es vacunando a los perros.

Según cifras de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el 60% de las enfermedades infecciosas en los humanos son de origen animal. Sus números también indican que el 75% de las enfermedades emergentes de los humanos provienen de agentes patógenos salidos de animales. De esta manera, cerca de 300 enfermedades son comunes a personas y animales.
Este hecho se ha visto agudizado por el crecimiento de la población y la expansión de los seres humanos y sus actividades hacia nuevas regiones. La proximidad ha tenido como consecuencia un mayor contacto y un aumento de las posibilidades de que los virus o agentes patógenos pasen de animales a humanos. Este proceso es lo que se conoce como zoonosis.
Estas enfermedades se ensañan, además, con las poblaciones más vulnerables, las que dependen de pequeñas producciones ganaderas y agrícolas para subsistir.
La expansión de un modelo que nos está enfermando
A medida que crece la población y las ansias de lucro de los grandes capitales, avanza la deforestación. No se puede desligar el crecimiento de la ganadería y los monocultivos intensivos de la pérdida de los bosques tropicales, el hábitat de millones de especies animales.
De igual manera, la ganadería está asociada a una altísima emisión de gases de efecto invernadero, el uso excesivo de agua, la contaminación del suelo y el uso cada vez más extendido de antibióticos y pesticidas. Toda una tormenta perfecta para favorecer la aparición de enfermedades en los seres humanos.
Cuando una gran multinacional del agro decide que un bosque tropical es el sitio adecuado para un extenso monocultivo de soja o palma, aumentan las posibilidades de que surjan nuevas enfermedades.
El síndrome respiratorio agudo severo (SARS) descubierto en 2003, el síndrome respiratorio del medio oriente (MERS) de 2012 y la actual Covid-19, causada por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), son ejemplos de cómo un modelo de producción insostenible nos enferma de muchas formas.
Un planeta más sano, menos enfermedades
Recientemente, la periodista francesa Marie-Monique Robin presentó su más reciente libro, titulado, La fabrique des pandémies (La fábrica de pandemias). En él, la comunicadora recoge su investigación acerca de cómo enfermedades como la Covid son apenas la punta del iceberg y que, de seguir el rumbo que llevamos, esta no será la última pandemia.

En una entrevista, Robin afirma que hay un dato que corroboran los 62 investigadores que entrevistó para hacer su libro. Esto es que “el mejor antídoto contra la próxima pandemia es preservar la biodiversidad”. Agrega que, si una selva se conserva intacta, en equilibrio, los agentes patógenos que llevan los animales se mantienen en estado latente.
Cuando se acaba con los grandes mamíferos, los depredadores desaparecen también, lo que provoca que la población de roedores aumente. Estos roedores son importantes portadores de agentes patógenos, por encima de los primates o los murciélagos, incluso. Si un hábitat está preservado, no hay manera de que los patógenos pasen a los humanos.
Hoy, cuando una pandemia que nos asola está lejos de terminar, es necesario hacer del concepto One Health una guía para la acción. Salvaguardar el precario equilibrio de los ecosistemas cuestionando nuestra manera de consumir es el punto de partido para conseguir Una sola Salud, la de los seres humanos y la del resto de especies, en armonía con el planeta que nos alberga.