El cambio climático y la aparición de una grave pandemia que ha hecho tambalear los cimientos de todo el orden económico mundial, requieren el consenso de todos los sectores de la sociedad.
La meta establecida por las autoridades de la Comisión es que Europa pueda alcanzar la plena neutralidad en emisiones para el 2050. El acuerdo también contempla un período de adaptación para que los países que lo necesiten puedan ir dejando atrás prácticas que produzcan grandes cantidades de emisiones de GEI.
La iniciativa presentada por la Comisión Europea obtuvo el pleno respaldo del Parlamento Europeo en enero del presente año. No solo fue aprobada sino que los eurodiputados exigieron que la UE se fije como meta reducir en un 55% sus emisiones para el año 2030 y no como aparece en el documento presentado por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La aparición en la escena mundial del coronavirus Covid-19 y todas sus nefastas consecuencias y su rápida e inusual transmisión, hablan de forma muy elocuente de las profundas afectaciones en el equilibrio natural del planeta, hijas de un modelo económico híper desarrollista que ya no admite la explotación indiscriminada de los recursos naturales no renovables.
En tal sentido, se hace urgente la necesidad de replantear, de cara a un mundo post pandemia, un plan de actuación que amalgame las voluntades de todos los países que hacen parte de la Unión Europea. El bienestar del ser humano y el del planeta y sus ecosistemas, pasan de manera obligatoria por transformar el modelo económico, las formas de producción y consumo y las relaciones laborales.