En el año 2008, Sudáfrica anunció que reiniciaría el sacrifico selectivo de elefantes, medida que había sido suspendida en el año 1995. Esta providencia se tomaba en virtud de hacer frente a la superpoblación de elefantes que podrían afectar a los ecosistemas donde habitaban. En ese entonces las autoridades aclararon que la medida no era, de ninguna manera, un cheque en blanco para aplicar el sacrificio selectivo de manera indiscriminada.
Botswana, en el año 2019, habilitó de nuevo la caza de elefantes en contra de la opinión de grupos conservacionistas que intentaron varias acciones para evitar que se levantara la restricción. La prohibición de cazar elefantes había permitido que la población creciera.
El creciente número de conflictos entre los seres humanos y los elefantes fue una de las razones para tomar la decisión de permitir la caza y el sacrificio. Sin embargo es necesario subrayar que la pérdida de los hábitats naturales de los elefantes es el principal desencadenante de los trágicos conflictos con los humanos.
Desde diversas organizaciones se plantean soluciones que favorezcan a las partes en conflicto. Algunas de las medidas puestas en práctica son el uso de elementos disuasorios en el área de los cultivos, la adopción de mejores prácticas agrícolas y la creación de corredores viales que faciliten el paso de los elefantes en época de migración.
Los elefantes son criaturas que prestan un servicio muy importante a la naturaleza. Las amenazas que los cercan cada día se intensifican. La expansión sin tregua de cultivos intensivos y la deforestación han obligado a un contacto inevitable que muchas veces es mortal.