Sin embargo, los avances tecnológicos hacen que la explotación y el tratamiento de algunos minerales del fondo del mar sea, cada vez más, una actividad rentable. Aunque las riquezas de unos significará la devastación de recursos marinos y de biodiversidad de dimensiones catastróficas.
La demanda de minerales para elaborar ciertos productos no para de crecer. Ya la presión que se ejerce sobre las reservas terrestres es excesiva, lo que obliga a las empresas a buscar fuentes alternativas. Los teléfonos móviles o las energías renovables necesitan de minerales clave como el litio, el cobalto y las tierras raras, cada vez más escasos en la tierra.
Según algunos estudios, la composición de las rocas que se encuentran en el fondo del mar es mucho más densa en metales valiosos que las de tierra. Los minerales se hayan en miles de millones de rocas del tamaño de una patata, conocidos como nódulos, esparcidos en el abismo del Océano Pacífico y otros océanos.