Es la más grande estructura viva sobre el planeta. Cubre 344.468 kilómetros cuadrados de superficie y en sus estructuras y cristalinas aguas hacen vida unas 1.500 especies de peces, 411 especies de corales duros, 30 especies de ballenas y delfines, así como tortugas, aves, moluscos e invertebrados.
De la supervivencia de los arrecifes dependen los ecosistemas marinos y de costa. Sin ellos, la vida marina es inviable. Gracias a su ubicación entre la costa y el mar abierto, los arrecifes sirven de protección a otros ecosistemas, como los manglares y las praderas de yerbas marinas. Estos ecosistemas a su vez protegen a los arrecifes de la sedimentación.
La comunidad científica y las organizaciones ambientalistas claman por políticas realmente efectivas que protejan a la Gran Barrera de Coral. Un número imposible de cuantificar de especies se beneficia de los arrecifes. Son alimento y protección y de ellos depende la compleja cadena trófica que se ha formado en el arrecife a lo largo de millones de años.