Las causas por las que se pierden grandes extensiones de bosques y de biodiversidad en la Cuenca del Congo son varias. En primer lugar, la tala de orden industrial para exportar especies madereras hacia grandes centros industriales en Europa y Asia. Luego, las poblaciones locales también llevan a cabo talas para conseguir carbón, principal fuente de combustible del África subsahariana. Al final, la industria alimentaria y pequeños agricultores aplican el sistema de tala y quema para el cultivo de alimentos y productos para la industria como la palma aceitera.
Hay que resaltar el hecho de que, según fuentes de Greenpeace, la mayoría de la explotación forestal que se lleva a cabo en las selvas del Congo es ilegal. Algunas veces la actividad relacionada con los bosques se lleva a cabo en un contexto de violación de leyes, explotación laboral, violación de derechos humanos, corrupción y conflictos bélicos.
Ofrecer soluciones a una realidad tan variopinta, tan heterogénea, no es sencillo. Además, el factor geográfico es determinante. Son extensiones de territorio que abarcan varios países, cada uno con sus particularidades.
Sin embargo, algunas organizaciones ambientalistas han ofrecido algunas premisas que pudieran aliviar la inmensa presión que se ejerce sobre este tesoro medioambiental.