No obstante, es necesario dejar asentado que estos movimientos que combaten el consumo desmedido son propios de los países desarrollados. En el Sur Global estos movimientos no tienen mucho arraigo porque persisten deudas sociales y económicas que todavía no han sido saldadas. Grandes sectores de la población en los países en desarrollo todavía no pueden satisfacer consumos básicos, mucho menos consumos superfluos.
Reparar, alargar la vida de los objetos, es una práctica que se lleva a cabo en los países en desarrollo desde hace bastante tiempo. Las circunstancias políticas o económicas han obligado a recuperar aparatos estropeados ante la imposibilidad de sustituirlos. Cuba, sometida a un dilatado bloqueo económico, es un ejemplo diáfano de cómo el ingenio humano se pone al servicio de la recuperación de objetos.
Ahora, frente a un agotamiento de los recursos, producto del consumo desaforado e insustancial de los países del Norte desarrollado, se hace necesario avanzar, todos en el planeta, hacia modelos de desarrollo sostenible y posible dentro de un planeta que tiene sus recursos seriamente mermados.