Que los incendios forestales dejen de suceder pasa por tomar acciones contra la deforestación, dejar de usar combustibles fósiles, frenar el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y frenar la expansión de la población hacia zonas de vida silvestre.
Por supuesto, ese escenario ideal no se va a dar espontáneamente. Hace falta voluntad y liderazgo político para tomar acciones que propicien las condiciones para avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible.
Tomar pequeñas acciones desde lo individual, como dejar de comer carne o usar bicicleta, o dejar de votar a políticos negacionistas del cambio climático, son pequeños cambios que sumados a millones, pueden ayudar a evitar futuros incendios.
Tras esa relación entre incendios forestales y cambio climático que no deja de retroalimentarse, está presente siempre la mano del humano. Tanto para que sucedan las quemas como para evitarlas.