La forestería análoga es una encomiable y hermosa labor que busca recuperar los bosques degradados como una forma de luchar contra el cambio climático. En dicha restauración se busca combinar el saber ancestral de los pueblos y el conocimiento científico. Una de sus características fundamentales es la participación de las comunidades locales como protagonistas del proceso de restauración.
El modelo de agricultura y silvicultura moderna en su proceso de expansión, ha acabado con los ecosistemas naturales de los bosques y los ha sustituido por monocultivos que en el largo plazo son insostenibles y demandan gran cantidad de insumos ajenos al entorno.
La unión de lo ecológico, el desarrollo sustentable y el sustento económico de las comunidades son el basamento que sustenta el enfoque de la forestería análoga. Reconoce la importancia vital de los bosques sin dejar de lado la necesidad de subsistencia de las comunidades que hacen vida en los predios rurales.
Este enfoque holístico permite crear, a partir de un modelo de bosque natural, un paisaje que sea capaz de ofrecer soluciones socio-productivas a los asentamientos humanos, al tiempo que promueve la sostenibilidad del ecosistema, pues los agroquímicos y los combustibles de origen fósil no tienen cabida en este concepto de silvicultura.
Gracias a la forestación análoga y su conjunción de técnicas tradicionales y científicas, los bosques y ecosistemas que han sido horadados por una explotación intensiva pueden recuperar su fortaleza y su patrimonio biológico. Adicionalmente, hay que resaltar que la recuperación de un bosque puede tomar un período entre 40 y 60 años. Gracias a la forestería análoga este tiempo puede acortarse considerablemente.