Está comprobado el efecto modelador de la conducta que tienen las iglesias entre la feligresía que las sigue. Las religiones, en distintos contextos culturales y geográficos, determinan de manera categórica los valores relativos a las dinámicas sociales, la participación en política y a la toma de decisiones de orden financiero.
A la luz de ese poder, ejercido sobre una parte muy importante de la población mundial, se hace necesario involucrar a las confesiones religiosas en una tarea que demanda el consenso del planeta entero: frenar el cambio climático.
En palabras del Asesor Principal de Faith for Earth, Iyad Abumoghli, el trabajo principal del programa de Medio Ambiente de la ONU es implicar a todas las confesiones de fe en torno a las iniciativas y estrategias del ente multilateral, relacionadas con ecosistemas, leyes ambientales y el abordaje de distintos problemas medioambientales.
Las organizaciones religiosas poseen un capital económico y financiero muy poderoso, factor que las ubica en el cuarto lugar en la lista de instituciones con mayor poder económico del mundo. Poseen además el 10 por ciento de las tierras cultivables del planeta y más de la mitad del total de instituciones educativas y hospitalarias a nivel mundial.
Entre los 17 objetivos de la Agenda 2030 se encuentran la lucha contra la pobreza, alcanzar la educación de calidad y la protección del medioambiente, metas que pueden ser alcanzadas si se convoca e involucra a la fuerza que tienen las organizaciones religiosas y su feligresía.
Una de las tareas concretas que lleva a cabo Faith for Earth es conformar una coalición de líderes religiosos que sean capaces de transmitir a sus feligreses la necesidad de adoptar cambios, desde la fe, que contribuyan a mejorar el trato hacia el medioambiente.
Los efectos del cambio climático impactan con mayor fiereza en lugares donde la vulnerabilidad es mayor, como el continente asiático, el africano y sudamericano. Por tanto, se hace crucial que se desarrolle la capacidad de resiliencia y capacidad de adaptación de estas regiones para poder enfrentar los efectos.
Aunque el esfuerzo no debe quedarse en la sola resistencia. La labor que deben llevar a cabo las agrupaciones religiosas en sus ámbitos de acción debe incluir la lucha contra el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la recuperación de los ecosistemas.
El trabajo de Faith for Earth, que involucra al budismo, el islam, el judaísmo, el cristianismo y otras confesiones, ya exhibe resultados concretos, pero veamos cuáles son los objetivos de Faith for Earth.