Los biólogos han descrito al pez león como una especie agresiva, venenosa, de voraz apetito y capaz de comer cualquier cosa. Dos de sus características más llamativas son una cresta de amenazantes espinas marrones y blancas que discurre por su espalda, y unas aletas que se abren en forma de abanicos.
La coloración de sus espinas es una clara indicación de que son muy venenosas, incluso para los humanos, menos para sus depredadores naturales, las morenas y los tiburones. En las aguas del Pacífico sur y el Índico, de donde son originarios los peces león, su dieta consiste en peces pequeños, moluscos e invertebrados.
Por si fuera poco, el pez león además se reproduce de manera muy veloz y abundante. Una sola hembra es capaz de poner hasta 2 millones de huevos por año. Al no contar con un depredador natural en las aguas que ha invadido, la población de estos peces ha crecido descontroladamente, diezmando a especies propias del Atlántico y de la zona del Caribe.