Esta formación geológica es propia de ciertas regiones cercanas a los polos de la tierra o periglaciares como también se les conoce, Alaska, Canadá y Rusia, principalmente.
El permafrost está compuesto por dos capas, una llamada capa activa, que es la que se congela y descongela al ritmo de las estaciones y es donde se desarrollan los procesos propios de la naturaleza. Por debajo de esa capa, que puede medir desde pocos centímetros hasta 4 metros, se halla el permafrost que está permanentemente congelado. Este permafrost puede llegar a medir hasta más de 1 kilómetro.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), órgano adscrito a la Organización de Naciones Unidas (ONU), acaba de afirmar, en su más reciente informe, que esta capa del subsuelo de la Tierra está seriamente amenazada y ese hecho tiene repercusiones muy graves.
Para la elaboración de dicho informe, que lleva por título Informe Especial sobre los Océanos y la Criosfera en un Clima Cambiante (SROCC), se recurrió al trabajo de 104 profesionales de la ciencia provenientes de 36 países, quienes trabajaron a lo largo de dos años con más de 7 mil informes científicos que avalan los resultados del trabajo de los expertos. La investigación se centró en el estudio de la criosfera, es decir en las partes congeladas del planeta: glaciares, nieves, plataformas de hielo, el permafrost y los terrenos que se congelan de manera estacional.
Los científicos son categóricos cuando afirman que el cambio climático tiene una consecuencia directa y tangible que es el aumento en los niveles de los mares y océanos, un hecho que tiene un impacto muy negativo sobre las poblaciones ubicadas en zonas costeras y en pequeños estados insulares, donde viven cerca de 65 millones de seres humanos.
Ahora bien, el calentamiento global no solo está afectando la calidad y el nivel de los océanos y a quienes viven cerca de ellos. Están alarmados además por el acelerado ritmo que lleva el proceso. Aseguran que las temperaturas registradas en julio del año 2019 en el Ártico eran las que se esperaban para el año 2050 en un escenario pesimista.
Otro de los efectos del cambio climático que tiene en alerta a la comunidad científica y a los colectivos medioambientales es el descongelamiento del permafrost. Veamos por qué preocupa especialmente este hecho a los expertos y por qué debería ser motivo de alarma para todos.