El canal de Panamá, inaugurado en 1914, es uno de los puntos más importantes del comercio internacional, por su estructura pasa el 6% del comercio global. Este paso es la ruta más expedita para el cruce entre el océano Atlántico y el Pacífico. Cada año unos 12.000 navíos lo atraviesan para llevar carga o pasajeros a más de 160 países.
En días recientes han saltado las alarmas. Las autoridades panameñas advirtieron que una tenaz sequía durante el año 2019 ha puesto en riesgo el complicado sistema de esclusas que moviliza a las embarcaciones entre los dos océanos. Esto ha obligado a los administradores del importante Canal del istmo panameño a tomar medidas para preservar los precarios niveles de agua para garantizar el funcionamiento del sistema.
Reducir el número de barcos que lo atraviesan y limitarlos también de acuerdo a su calado, son parte de las medidas adoptadas desde el año pasado para preservar el agua. Adicionalmente, las embarcaciones deben realizar un pago por el uso del Canal, que en algunos casos asciende hasta los 10.000 dólares, dependiendo del tamaño del barco.
Pese a todas las medidas adoptadas y a las puertas de una próxima temporada de lluvias, todavía los meteorólogos panameños no se ponen de acuerdo si será posible un funcionamiento del canal sin sobresaltos.