Este reglamento supone el principio del fin de los plásticos de usar y desechar, cuya venta quedará prohibida a partir del mes de julio del año 2021. Esta medida busca sacar de circulación de manera definitiva bastoncillos, pajitas, cubiertos desechables, palitos para sujetar globos y toda suerte de recipientes para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido.
En el cuerpo de la ordenanza figura un mandato dirigido a bares y restaurantes, quienes estarán en la obligación de ofrecer a su clientela agua del grifo, esto con el fin de desestimular el consumo de agua embotellada.
La ministra de la cartera de asuntos ecológicos resaltó los esfuerzos de la actual administración por encaminar a España hacia una economía sostenible, descarbonizada, limpia y eficiente en el uso de los recursos.
La medida contra los plásticos ya se encontraba prevista en la Declaración de Emergencia Climática que fue refrendada en enero del presente año, que también incluye un veto a los microplásticos y a las partículas añadidas a productos de limpieza y cosméticos.
A todo lo anterior se le suman las medidas previstas en el plan España Circular 2030 tendientes a reducir de manera significativa la generación de desechos dentro de la cadena alimentaria, concretamente el 50% en los hogares y el consumo minorista y el 20% en las cadenas productivas y de suministros a partir del año en curso.
Si bien aún queda un largo camino para su aprobación definitiva en las Cortes, esta normativa está allanando el camino para lograr alcanzar la neutralidad climática antes de 2050, tal como lo establece el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Sin duda España ha dado un paso al frente para combatir el uso indiscriminado de plástico, cuyo destino final, el 90% de las veces, son los océanos, donde ocasiona graves desequilibrios en los ecosistemas marinos y su biodiversidad.