Este día surge desde el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para recordarnos que todavía hay millones de personas que deben hacer sus necesidades en sitios inadecuados. Tal como lo explica la misma Organización, millones de seres humanos están a salvo de la muerte porque los retretes son artefactos que evitan que se propaguen enfermedades prevenibles.
Para el 2030, un año que se encuentra a la vuelta de la esquina, está fijado como el tope para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El Objetivo número 6 está referido a “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, tal como lo recoge la web de la Organización.
Pero parece que no será tan sencillo. Todavía hoy, 673 millones de seres humanos deben hacer sus necesidades en sitios indignos e insalubres, o peor, al aire libre. Según cifras de la ONU, Unicef y la Organización Mundial de la Salud, 2.000 millones de personas ingieren agua potable contaminada con heces.
El panorama luce aún más grave si a lo anterior se le añade que el 80% de las aguas residuales, producto de las actividad humana, se vierten de manera directa en las fuentes de agua sin tratamiento alguno.