Las devastadoras consecuencias que pueden acarrear los ensayos nucleares están muy bien ilustradas en un episodio que tiene que ver con el rodaje de una película. En 1956, en el desierto de Utah se rodó el film El conquistador de Mongolia. De las 220 personas que participaron en el rodaje, al menos 150 fallecieron de algún tipo de cáncer.
John Wayne, el protagonista, el que sobrevivió más tiempo, falleció en 1979 de un cáncer generalizado. La coprotagonista, Susan Hayward, murió antes, en 1975 de un tumor cerebral. El actor mexicano Pedro Armendáriz, quien también participó en el film, se suicidó en 1963 luego de ser diagnosticado con un cáncer de riñón en etapa terminal.
El poseer armamento de poder atómico representa un peligro para toda la humanidad. En una conflagración nuclear no hay vencedores, incluso si no hay guerra. Erradicar los ensayos nucleares debe ser el primer paso para avanzar en un desarme nuclear total.
Que la conmemoración del Día Internacional contra los Ensayos Nucleares sirva para sumar voluntades políticas que logren conjurar una catástrofe atómica de la que nadie podrá librarse.