Cada año, un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o se desperdicia incluso antes de llegar a las mesas, tal como lo señala la FAO en su informe Huella de desperdicio de comida. Impactos sobre los recursos naturales.
Solo la agricultura ya usa el 70% del agua dulce que se extrae de todo el planeta. Frente al crecimiento de la población, previsto para las próximas décadas, hay que aumentar la producción de alimentos. Ahora bien, a ese aumento en la producción se le debe sumar una significativa reducción del desperdicio de alimentos para preservar el recurso hídrico.
Según el mismo informe de la FAO, en términos de huella hídrica, cuando botamos alimentos cada año, desechamos un equivalente a:
- 38 veces la huella hídrica de los hogares en Estados Unidos
- Más de dos veces el lago de Ginebra, el cual tiene una extensión de 89 km3
- la descarga anual del río Volga
El desperdicio de agua en la producción de alimentos, tanto de origen animal como vegetal, debe estar presente en la conciencia de los consumidores, y de manera especial en los productores. Seguir atentando contra un recurso esencial como el agua, pero a la vez tan escaso, es un crimen contra las políticas de seguridad alimentaria.