En ese sentido, los huertos urbanos y periurbanos, esos que están atendidos por las comunidades pequeñas, dentro de los conglomerados urbanos, son experiencias que permiten proveer de alimentos saludables, nutritivos, a bajo precio y de manera directa. Sin embargo, deben enfrentar también la aparición de plagas y enfermedades que pueden afectar su producción.
Los biopesticidas preparados son magníficos aliados de los agricultores de huertos urbanos porque muchos pueden ser preparados con recursos modestos que se tienen a la mano, son inocuos y permiten obtener buenos productos invirtiendo poco en su producción. Por lo general sólo son necesarias algunas plantas, frutas, aceites, insectos y agua de lluvia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, es un ente muy comprometido en la promoción de la agricultura urbana como una forma de superar problemas que ha causado la agricultura intensiva: degradación de los suelos, contaminación, deforestación, hambre e inseguridad alimentaria.
En varias publicaciones se han recogido diversas técnicas, saberes populares y ancestrales y el conocimiento científico para orientar a quienes se dedican a la agricultura en pequeña escala. De esta manera disminuye su dependencia de grandes empresas de agroquímicos y sus productos.
Con el reciente brote de langosta del desierto en el África oriental se está usando un bioplaguicida a base de un hongo que ataca a los insectos. Se trata de los hongos de la familia “Metarhizium acridum” que ha demostrado ser muy efectivo acabando con los saltones y adultos de la langosta. Es un polvo que se disuelve en aceite y se rocía sobre el cultivo.
Si bien el uso de plaguicidas sintéticos sigue siendo intenso y masivo en pequeños y grandes cultivos, el camino hacia una agricultura sostenible se está despejando.
En la promoción del desarrollo sostenible, el cuidado y preservación de los recursos naturales y la seguridad alimentaria para una población que va en aumento, el conocimiento y el uso de los biopesticidas es esencial.